Después de más de dos años y medio de tortuosas
negociaciones, pasos adelante y atrás, cambios normativos, ultimátums y
otras vicisitudes, Unicaja afronta la recta final del camino hacia la
absorción de la antigua Caja España-Duero sin un ápice de la euforia –o
al menos satisfacción– que cabría esperar tras semejante periplo. La
'culpa' la tienen las participaciones preferentes de CEISS, que han
venido siendo el principal escollo de la operación y hoy siguen
atragantándosele a la entidad malagueña.
Resulta paradójico que pese a que Unicaja presume de ser
una de las pocas cajas de ahorro que no vendió preferentes a sus
clientes, esté sufriendo graves dolores de cabeza provocados por estos
cuestionados productos de inversión. Y es que el goteo de demandas
judiciales iniciado este verano por ahorradores castellanos para exigir
la recuperación de su dinero va camino de convertirse en avalancha. Las
primeras sentencias están dando la razón a los preferentistas, animando a
muchos a seguir el camino de los tribunales.
Las asociaciones de afectados calculan que para final de
año se habrán formalizado 15.000 querellas contra la antigua
España-Duero . Y si esta previsión se cumple, difícilmente la entidad
malagueña conseguirá el nivel de adhesiones a su oferta de canje de
acciones que marcó como requisito imprescindible para quedarse con
CEISS. Braulio Medel quiere lograr más de 1.200 millones de euros
procedentes del cambio de las antiguas participaciones, ahora
transformadas en bonos convertibles. Para ello, tres de cada cuatro
preferentistas de CEISS tendrían que aceptar las condiciones de Unicaja,
lo que les dejaría cerrada la vía judicial (la del arbitraje ya se la
vetó el Banco de España).
Las demandas están llegando a los juzgados sin que se
conozca aún cuál es la quita que sufrirán los preferentistas
castellano-leoneses al convertirse en accionistas de Unicaja. Hay que
recordar que esta merma será la segunda que se les aplicará sobre sus
ahorros, después de la que ya les impuso el FROB al cambiarles sus
participaciones preferentes por obligaciones convertibles.
A finales de agosto, el consejo de administración de
Unicaja aprobó encargar a Ernst & Young, en calidad de «experto
independiente», la elaboración de una auditoría que permita establecer
la ecuación para canjear los bonos de CEISS por acciones de Unicaja
entre las dos entidades. El plazo que tiene es de un mes, aunque si se
plantean dificultades en ese cálculo la auditora puede pedir más tiempo.
Una vez emitido su informe, la entidad malagueña lanzará su oferta
definitiva y los ahorradores tendrán veinte días para aceptarla.
Mientras esperan noticias de Unicaja, las asociaciones de
afectados por las participaciones preferentes de la antigua Caja
España-Duero ya tienen su cálculo hecho: temen que la quita que intente
aplicar la entidad malagueña ronde el 75%, lo que califican de
inaceptable, puesto que a esta merma se suma el hecho de que no podrían
hacer líquida su inversión hasta al menos 2016, que es cuando Unicaja ha
anunciado que saldrá a Bolsa.
¿Qué pasará si Unicaja no obtiene el respaldo necesario de
los preferentistas de CEISS? El proceso podría irse al garete, a no ser
que el Banco de España lo evite proporcionando a la entidad malagueña un
'colchón' que le permita suplir esa merma de capital. Según fuentes del
sector, Medel estaría negociando la obtención de 200 millones de euros.
Días de tensa espera, pues, en Málaga y en Castilla y León.
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