Los primeros banqueros
juzgados en la Audiencia Nacional se libran de ingresar en prisión, después de
devolver 28,6 millones de euros del total adjudicado en planes de pensiones.
Ricardo Pagés, recibe la pena máxima; los demás, son condenados a un año de cárcel.
Los exdirectivos de Caixa Penedés escuchan la lectura de la sentencia, tras
su juicio en la Audiencia Nacional.
El juez de la Audiencia Nacional José María Vázquez Honrubia ha condenado
este jueves a dos años al exdirector general de Caixa Penedès Ricard Pagés y a
uno a los exdirectivos Manuel Troyano, Santiago José Abella y Juan Caellas al
considerar que los cuatro, junto al fallecido exdirector de Recursos Humanos
Jaume Jorba, se autoconcedieron 31,6 millones de euros en planes de pensiones y
distintas pólizas y cometieron un delito de administración desleal.
De ese modo, el primer juicio celebrado en la Audiencia Nacional contra
exdirectivos de cajas de ahorros, que ha sentado en el banquillo de los
acusados a los antiguos gestores de la caja catalana Caixa Penedès, se ha
saldado con la imposición de condenas menores que evitan su ingreso
efectivo en la cárcel. Los condenados no ingresarán en prisión con
estas condenas. Y sus defensas han anunciado que no recurrirán el fallo.
El magistrado considera que los cuatro han incumplido los deberes de
cualquier administrador y "mediante procedimientos engañosos y burlando
los controles de la caja" antepusieron los intereses personales a los
sociales. El juez ha tenido en cuenta, no obstante, que los cuatro han
devuelto las cantidades fraudulentamente cobradas y han reconocido su
culpabilidad. Su decisión se opone a la postura del fiscal anticorrupción
Emilio Sánchez Ulled que ha mantenido su petición de penas de hasta tres años y
medio de prisión. Los cuatro altos mandos evitan, con la condena, su ingreso en
la cárcel.
La decisión del tribunal es contraria a la postura del fiscal
anticorrupción Emilio Sánchez Ulled que ha mantenido su petición de penas de
hasta tres años y medio de prisión.
Devuelven
casi todo el dinero
Al inicio de la última sesión del juicio, los cuatro procesados se han
dirigido a la Sala para asegurar que han devueto al Banco Mare Nostrum (BMN) el
importe de las pólizas de seguros cobradas y que han renunciado a las
cantidades pendientes de cobrar, en total una cantidad de 28,6 millones de
euros, frente a los 31,6 millones cobrados en total en planes de pensiones
autoadjudicados. Todos ellos expresaron que devolvían el dinero "con
independencia de la resolución" que el juez José María Vázquez Honrubia.
Uno a uno, los cuatro acusados han ido reconociéndose como culpables ante
el tribunal. Esta confesión y la reparación del daño económico causado no ha
hecho cambiar el criterio de la Fiscalía: "Me congratulo de que el
dinero haya sido recuperado pero los hechos y esta restitución a última hora
determina que la pena deba ser la que solicitaba en un inicio", ha
indicado Sánchez Ulled al rechazar el acuerdo.
Las otras tres acusaciones personadas --BMN, el FROB y Fundación Pinae-- sí
han tenido en cuenta el gesto de los acusados y han rebajado su petición de
penas a dos años en el caso de Pagès y uno para los otros tres.
La excúpula de la caja catalana se sentaba en el banquillo por un presunto
delito societario continuado de administración desleal y apropiación indebida.
La Fiscalía mantiene que todos ellos actuaron desde 2001 "de común
acuerdo para vincular fraudulentamente a la caja de ahorros que regían,
generando obligaciones económicas para su beneficio particular y en perjuicio
de la entidad, actuando de espaldas a los máximos órganos colegiados".
Para el fiscal, Pagès diseñó una estrategia a largo plazo destinada a
garantizarse una"desproporcionada ganancia patrimonial a costa de la
entidad" pensada "para el momento en que pudieran cesar en
sus puestos de trabajo". Desde 2001, los exdirectivos "se
autoconcedieron" derechos económicos a espaldas de los órganos colegiados
de la caja a través de pensiones que no estaban contempladas en sus contratos
para cuando abandonaran el banco.
Sumando el plan de pensiones y cuatro pólizas suscritas, Pagès se adjudicó
11.609.708 euros, Abella 5.727.774 euros, Troyano 6.164.999 euros, Jorba
3.311.758 euros y Caellas 4.838.675 euros; en total, 31.652.917 euros.
Placidez
derivada del colchón económico
Anticorrupción asegura que, en 2009, la "placidez derivada del colchón
económico que los acusados se habían autoconcedido se vio perturbada por la
crisis económica" y el proceso de reestructuración del sistema financiero
español, que dio lugar a restricciones normativas y al endurecimiento de los
controles administrativos.
En el caso de Caixa Penedès, a esto se unió que en 2010 la entidad se
fusionó a Caja Granada, Caja Murcia y 'Sa Nostra' Caja de Baleares, lo que dio
lugar al Banco Mare Nostrum (BMN) que recibió ayudas por un importe 915
millones de euros del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Ante el riesgo de perder los beneficios económicos que se habían
adjudicado, "los acusados reaccionaron apresuradamente" y
buscaron una cobertura formal con la que justificar sus derechos económicos, incurriendo
en nuevas actuaciones abusivas. Así, reunieron a la Comisión de Retribuciones y
a la Comisión Ejecutiva, "controladas de hecho por los acusados Pagès y
Caellas", y formalizaron la modificación de los contratos de trabajo para
blindar sus privilegios.
Fuente: Público.es
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