jueves, 14 de agosto de 2014

CUENTAS DE ESCÁNDALO

Los ruinosos 90 millones de euros del caso Nozar

Ceiss carga con el edificio Titán, por el que Caja Duero pagó 15 millones más de su valor, y la pérdida de los 35 millones del crédito a Nozar, que quebró un año después


  • Edificio Titán, en Méndez Álvaro de Madrid - RAQUEL P. VIECO
    Edificio Titán, en Méndez Álvaro de Madrid - RAQUEL P. VIECO
FELIPE RAMOS | VALLADOLID 14/08/2014
El lastre millonario, en torno a los 1.500 millones de euros, de las empresas participadas del banco de Caja España-Duero (Ceiss), entre las que se encuentra la participación junto a Cap Cana para la construcción de un complejo inmobiliario de lujo en el Caribe y en el que ya se dan por perdidos los 50 millones de euros gastados, no es el único que condiciona el futuro más inmediato de la entidad en esta nueva singladura, ya con la entidad malagueña Unicaja, que preside Braulio Medel.
Otro claro ejemplo de la dudosa gestión que se llevó a cabo en la anterior etapa de la entidad es el ‘caso Nozar’. El escándalo inmobiliario que tiene imputada a toda la cúpula directiva de la antigua Caja Duero desde su expresidente, Julio Fermoso, hasta los miembros de la comisión ejecutiva de la entidad pasando por su exdirector general, Lucas Hernández, y el ya exdirector general de Ceiss y hoy, según la nueva estructura recientemente aprobada, director de medios e integración del banco, José María de la Vega.
Un caso, en el que la Audiencia de Madrid, tal y como adelantó DIARIO DE CASTILLA Y LEÓN / EL MUNDO / DIARIO DE LEÓN, ve indicios claros de delito. En su auto, la Audiencia madrileña entiende que aquellos que intervinieron en la operación, es decir todos los ahora imputados por el Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid, que se encarga de la investigación, «serían autores de un delito de administración fraudulenta», recogido en el artículo 295 del Código Penal.
Los perjuicios
Pero no sólo. En su auto los magistrados de la Audiencia de Madrid hablan también de «actos de deslealtad en la administración de Caja Duero, realizados dentro de las facultades de administración, por los que se dispone de forma fraudulenta de los bienes sociales o se contraen obligaciones a cargo de la sociedad, causando un perjuicio a entre otros, los socios de la sociedad que administran».
Unos argumentos en los que también coincide la Fiscalía, para quien «el perjuicio patrimonial se configura en este tipo penal como un quebranto patrimonial, sin que se precise acudir a criterios contables de saldo negativo».
El ‘caso Nozar’, por el que ya han tenido que declarar ante el juez de Madrid los diez imputados, incluido el hoy director de medios e integración de Ceiss, José María de la Vega, es el resultado de dos dudosas operaciones de 90 millones de euros que resultaron ruinosas para Caja Duero, y con las que ahora carga Ceiss. Esa es, precisamente, la razón por la que el banco, a instancia del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y del Banco de España, decidió denunciar estas actuaciones ante la justicia.
En ellas, Caja Duero pagó en 2008 55,8 millones de euros a la constructora Nozar por el Edificio Titán, que tiene una superficie construida de 17.792 metros cuadrados y está situado en la zona de Méndez Álvaro de Madrid. O lo que es lo mismo, está compra supuso que se pagaran por este edificio 15 millones de euros más que su valor de mercado de entonces, que según la tasación actual de Ceiss se sitúa en 40 millones.
Lo más curioso es que para esta compra, que pasó por las manos de la dirección general de Caja Duero y de la División de Desarrollo Corporativo, cuyo responsable entonces era José María de la Vega, la Caja se sirvió de hasta tres tasaciones en un solo día hasta que logró subir el precio de los 39, 5 millones de la primera a los 56,2, de la última. Finalmente pagó 55,8 millones.
Ya en pérdidas
La segunda pata del ‘caso Nozar’ también dudosa, a decir del juzgado, fue la concesión de un crédito de 34,5 millones de euros a Nozar. Un hecho que se produjo apenas un mes después de comprar el edificio Titán y un año antes de que la constructora, que ya por entonces estaba en pérdidas, entrara en concurso de acreedores con una deuda de 700 millones. Como aval, Nozar se valió de tres de sus sociedades: Aguas de Panticosa, que explota el balneario de Huesca; la chacinera Marcos Sotoserrano y la quesera de Castilla-La Mancha Qualia Lácteas. Ahora, además de la pérdida del crédito, Ceiss tiene el 29,37% de Qualia Lácteos, el 32,8% de Marcos Sotoserrano y un porcentaje sin determinar de Aguas de Panticosa, cuyo valor ha bajado de forma notable a causa de la crisis.
En definitiva, 90 millones de euros en dos operaciones devastadoras para la cuenta de resultados de Caja Duero, entonces, y de Ceiss ahora y que, como en el caso de las participadas, que dirigía Ventura Garzón, ahora director de activos en Ceiss, suponen un lastre para el futuro de la entidad, ligado a Unicaja.
Y eso es, precisamente, lo que investiga el Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid, el perjuicio que está operación de Caja Duero con la constructora Nozar pudiera haber ocasionado a la entidad, ahora a banco Ceiss, tras la actuación de aquellos a los que les correspondía tomar la decisión sobre la misma.

Diario de León

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