miércoles, 26 de marzo de 2014

EFEMÉRIDE CASTELLANA

31 de marzo (Carta de Gumer)



El nonagésimo día del año es fecha con historia en el calendario gregoriano. Se cumplirán 756 años de la boda del infante Felipe de Castilla con la princesa Cristina de Noruega, en la Colegiata de Santa María de Valladolid. Y 522 de que los Reyes Católicos pusieran de patitas en la calle a los judíos. Pero estamos en 2.014 y éste 31 de marzo está escrito que añadirá un nuevo acontecimiento a la larga lista de efemérides: el matrimonio de Medel con lo que queda de nuestras dos grandes cajas, previa bendición, por supuesto, de la Comisión europea. Un “ménage a trois” en toda regla, se pongan como se pongan Tomás Villanueva y Óscar López, padrinos putativos del enlace.

Nadie da un duro por los restos del naufragio de esas dos goletas, poco merecedoras de sus nombres - España y Duero - porque el botín está ya en el fondo de no se sabe qué mares. Cuentan las lenguas de doble filo que alguien esta dándole a la tecla para rematar una historia de ambiciones y desatinos a la que auguro un buen éxito editorial. En Casa Botines, cortijillo al que dio vida el gran Gaudí, gobierna un señor malencarado al que el dedo divino de Villanueva elevó a los altares. Dicen los leoneses que ronda un fantasma. Ni se le ve, ni se le conoce…. ni se le espera. Y otro tanto sucede en la salmantina Plaza de los Bandos (a la que algunos malvados llaman de los Bandidos), donde alguien espera impaciente que el gran señor de Unicaja le ceda una esquina en el paraíso de la pasta gansa.

Los millones de euros que se han ido y nadie sabe cómo ha sido, los desgarros humanos en las filas de los trabajadores, la descapitalización de las entidades etc.etc. Cifras horrendas de cuya cuantía no quiero acordarme. Propongo a la Junta de Castilla y León que, de la misma manera que se celebra en carnavales el “entierro de la sardina”, fije una fecha para enterrar a nuestro querido “músculo financiero”, que tantos días de gloria ha dado a los políticos esteparios.

Ahora que suenan a duelo las campanas por las cajas que fueron y no son, leo estupefacto las declaraciones del portavoz de la Junta y del Consejero de Economía sobre esa cosita llamada Ceiss. Para uno, “es una positiva y buena noticia para los ciudadanos y para la Comunidad”. No se lo cree ni él. Y para el otro se trata de un hecho importante “para una plantilla que necesita claridad respecto a su futuro y que ahora podrán trabajar con más tranquilidad y estabilidad”. Esto, señor Villanueva, ¿vale también para los que se han quedado o se van a quedar próximamente en la puta calle?

Definitivamente se ha consumado el acto. Castilla y León pierde dos cajas, centenares de empleos y capacidad de negocio. Gana, eso sí, tristeza a raudales y acabar de una puñetera vez con los discursos grandilocuentes de políticos que no se cansaban de alabar la grandeza de las entidades. Aprendices de brujo de pacotilla que tanto han hecho por dilapidar el patrimonio financiero de la Comunidad, empezando por el pasotismo de Juan Vicente Herrera, los despropósitos y ambiciones de Villanueva y la colaboración especial del tercer hombre del PSOE, Oscar López (para algunos el tonto útil de esta película).

Se baja el telón y algunos mandamases de las cajas creen que se pueden ir de rositas. Puede que si o puede que no. Y, mientras tanto, este satélite malagueño llamado Ceiss, comienza a girar sobre nuestras cabezas, limitando su acción a las pequeñas cosas: prohibir el crédito a los promotores inmobiliarios, el acceso limitado a los mercados mayoristas y una especial atención a Madrigal y Cía. Es lo que hay: mucha tela por cortar.

(Por la transcripción, Félix Lázaro)
El blog de Pedro Vicente

Fuente: Segovia al día.es

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