Los tribunales investigan al ‘músculo financiero’ de Castilla y León
Hace años, la Junta de Castilla y León, a través de su consejero de Economía, Tomás Villanueva, descubrió una expresión: “músculo financiero”. Eran mediados de la década de 2000, cuando desde el Gobierno regional se ideó la fusión de las cajas de ahorro de esta comunidad autónoma.
|  | 
| El Consejero de Economía y Empleo de la Junta de Castilla y León | 
Ahora,
 menos de cinco años después de aquel invento, las denuncias no han 
hecho más que aflorar sospechas, dudas y una gestión 
económico-financiera que ha dejado demasiadas lagunas, que se conocían 
pero que no se denunció.
Y
 lo último en conocerse es que la Fiscalía de Burgos ha trasladado a los
 juzgados una denuncia de UPyD contra los directivos de la antigua Caja 
de Burgos, hoy integrada en Caixa Bank, por un delito de administración 
desleal o fraudulenta.
En
 este caso, como en otros ocurridos en cajas de ahorro de Castilla y 
León, se denuncian los préstamos que concedían las entidades a sus 
directivos. En el caso de Caja Burgos, UPyD reveló que el anterior 
presidente, José María Arribas, recibió 45 préstamos personales entre 
2005 y 2010, por un valor de 34 millones de euros. Estos créditos 
representaron el 93,86 por ciento de los que se dieron a miembros del 
Consejo de Administración, según UPyD.
En
 la denuncia de este partido se fue más allá al afirmar que los 
consejeros de Caja Burgos recibieron retribuciones incompatibles con su 
cargo, entre el 14 de febrero y el 15 de junio de 2011, durante el 
proceso de integración en Banca Cívica.
Ahora,
 es la Fiscalía la que podría haber visto indicios de delito al 
trasladar esa denuncia a los juzgados de Burgos para que inicien las 
investigaciones oportunas.
Pero
 esta entidad no es la única que es investigada. Casualmente, ese 'modus
 operandi' –en términos policiales– de conceder préstamos al presidente 
de la caja en condiciones ventajosas es el mismo que se investiga en la 
antigua Caja España. Aquí, y debido a una denuncia interpuesta por IU de
 Castilla y León, se analizan judicialmente una veintena de operaciones 
de crédito que se dieron por el Consejo de Administración de la caja 
radicada en León en las que no hubo garantías y, además, se tramitaron 
como ordinarias cuando eran de riesgo.
En
 total, se habla de créditos por valor de 67 millones de euros que se 
concedieron a empresas de Santos Llamas, un constructor leonés que, 
casualmente, era el presidente de Caja España, entre julio de 2006 y 
septiembre de 2010. Fue él uno de los interesados en lograr la fusión 
con Caja Duero, con sede en Salamanca.
El
 presidente de esta última caja, el neurólogo salmantino Julio Fermoso, y
 su director general, Lucas Hernández, también son investigados por los 
tribunales por operaciones que Caja Duero efectuó con la empresa de 
construcción Nozar, entre 2007 y 2008, y que llevaron a una situación 
financiera muy débil de la caja.
En
 otras operaciones, está la compra a esa empresa de un edificio en 
Madrid, por el que se pagaron 55,8 millones de euros, un precio que 
ahora, desde el Banco Ceiss –que nació con la unión de Caja Duero y Caja
 España–, se considera muy elevado, ya que se ha tasado en 15,8 
millones. Al mismo tiempo, la investigación también indaga en un crédito
 de 34,5 millones a Luis Nozaleda, dueño de Nozar, avalado con la 
garantía de un paquete de acciones de tres empresas en crisis (el 
balneario Aguas de Panticosa, la chacinera Marcos Sotoserrano y la 
quesera Qualia Lácteos), que acabaron en poder de la caja. Las dos 
operaciones suman más de 90 millones de euros y se firmaron meses antes 
de que la empresa presentara concurso de acreedores.
Además,
 los presidentes de Caja Ávila, Agustín González, y de Caja Segovia, 
Atilano Soto, están imputados por el caso Bankia, en la Audiencia 
Nacional, tras otra querella de UPyD contra 33 exmiembros del Consejo de
 Administración de Bankia por la fusión y salida a Bolsa de la entidad, 
que posteriormente tuvo que ser nacionalizada y recibió 22.424 millones 
en inyecciones de capital y otro tanto en avales públicos.
Y
 el Juzgado de Instrucción número 5 de Segovia también tiene imputados a
 todos los consejeros del Consejo de Administración de Caja Segovia 
participantes en una reunión mantenida, el 17 de julio de 2012, para 
aprobar la operación para hipotecar un emblemático edificio de la 
capital segoviana: el Torreón de Lozoya. Se les investiga por la 
supuesta comisión de un delito societario.
La
 imputación se basa en que el Consejo de Administración de Caja Segovia 
adoptó un acuerdo para solicitar de Banco Financiero y de Ahorros un 
préstamo con garantía hipotecaria por importe de 6.864.611 euros, que se
 concretó en escritura pública otorgada ante un notario de Segovia. 
Entre los bienes hipotecados en garantía del préstamo se encuentra el 
Torreón de Lozoya, bien perteneciente a Caja Segovia y símbolo de la 
ciudad.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario